Por esto debería de cobrarte

Mira.

Estar subscrito a este bolentín diario es gratis. Y la verdad que empiezo a plantearme si debería de cobrar por algunos mails que mando.

Por ejemplo, el de ayer y el de hoy son herramientas que se adquieren con el tiempo y que bien podría cobrar por explicarlas.

Pero pero pero…

te hice una promesa.

Estos mails son gratis y serán siempre gratis.

A cambio lo que te pido es que los compartas si te son útiles. Los puedes compartir con tus compañeros, tus redes sociales, donde quieras.

Lo único que te pido es que me ayudes a llegar a más personas. Obviamente, en tu libertad, si te da la gana.

Bien.

Empiezo la lección del día.

Ayer te hablaba que nuestra profesión es de riesgo (no te vuelvo a explicar las razones). Y te prometía que hoy te contaría algo que he aprendido recientemente que me ayuda a asumir riesgos.

Para ser honesto contigo, mi percepción del riesgo está distorcionada. Lo que te quiero decir es que si me pones una pistola en la sién pues es más que probable que me asuste.

En cambio, si me dices de ponerme a 240 km/h en una moto pues lo más probable es que me lance a hacerlo aunque nunca lo haya hecho.

Es esa percepción del riesgo que me lleva a jugarmela 1000 veces y equivocarme 100.

Y me viene de pequeño. Mi madre dice que antes del año ya caminaba y antes del año ya me había habierto la cabeza dos o tres veces.

Dirás, “Josué, eso no es asumir riesgos, eso es ser un tarado”. Y probablemente tengas razón. Soy un tarado con mucho acierto.

La verdad que me pone muy negro (mira que ya lo estoy) equivocarme. Y es por eso que quiero reducir esos 100 errores.

La idea es muy sencilla: conocer el riesgo antes de asumirlo. (“joer Josué tanta chapa pa’ decirme eso…”).

A ver, haber, haver

Te digo por experiencia que la mayoría de las personas que dicen “asumo el riesgo” no tienen ni idea de qué riesgo están asumiendo.

Esto lo apliqué en una tarea que se complicó por X razones y me llevó 5 días darme cuenta que me estaba metiendo en un berengenal.

Josué.


Soy Josué Alcántara y cada día envio un mail con una idea para escribir software de calidad. ¿A quién se la envío? A mi lista de suscriptores. Día que estás fuera, idea que te pierdes. Así de fácil.